martes, 10 de julio de 2007

La vida es demasiado corta para hacerla pequeña...

Si nos fuera dado a contar nuestro días así como contamos nuestro dinero, los emplearíamos con más prudencia. Empezaríamos por adquirir artículos de primera necesidad: afectos sinceros, nociones precisas, una vocación en la medida de nuestro entusiasmo.
Despúes iriamos por un poco de sueños..
Con eso tenemos bastante. Porque, al fin, para convertir una vida común en una vida grande solo es necesario darse a los otros, saber cuál es nuestro yo y sus relaciones con el universo, y alcanzar la esperanza que hemos imaginado.
Quien se conforme con darse a los demás, será bueno. Aquel que se de a los demásy haya hecho algo por mejorarlos, será bueno y generoso. El que además de darse él y obsequiar a los demás su ciencia y su arte haya hecho todo lo posible para triunfar en ellos, es bueno, generoso y sabio.
El desinterés es pues, el gran egoísmo.
Porque en un mundo diáfano todas las cosas son mas hermosas, y este mundo, es un mundo viejo, de obscuras callejuelas llenas de dolor y de espanto. Mientras alguien llore, su llanto avergonzara nuestra alegría: mientras alguien se queje, sus gritos mortificarán nuestra calma;
mientras alguien permanezca hambriento, su miseria será nuestra miseria.
La misma ignorancia de los demás debe hacernos desconfiar de nuestra sabiduría, porque la verdadera sabiduría consiste en haber destruido una mentira universal o haber encontrado una verdad para todos.
Evitar sufrimientos; responder a la tristeza con una palabra de consuelo, compartir el pan; porner nuestra FE por delante y alumbrar con ella las conciencias obscurecidas o extraviadas, tal es el programa de un alma recta. Pero quién se atreve a definirlo? y... ¿quién que lo haya definido lo cumple?...
Lo más común es que gastemos sin tasa ni medida el gran capital que nuestro Creador nos presta en la hora del nacimiento y cuyo recibo él mismo recoge en la hora de nuestra muerte.
El sacrificio es mas bello que el placer, pero el placer es mas buscado. Sin embargo, el mundo aprovecha de nuestras energías y el otro las derrocha.
M. Lambert ha podido decir que "los placers humanos son engañadores; ellos nos prometen más de lo que nos dan. En realidad ellos nos prometen todo, y no nos dan nada. Nada como no sea el dolor...
Perseguir la felicidad por el camino en que muchos la buscaron equivale a encontrar la desdicha de que ellos tuvieron la noticia antes de nosotros; a la felicidad se la encuentra por el camino del sufrimiento, cuando este termina, pues el que sufrió realmente sabe valorar la felicidad.
¿Quieren que la vida no sea corta? Agrandenla con sus proyectos! quieren que la vida no sea pequeña? Vivanla como si mañana fuera a terminar!
Cada cual dispone de una vida tan rica y tan noble, como el cuidado que ha puesto en modelarla.
"Delante de nosotros siempre esta el infinito"
Saint Hilaire

Jamás frase alguna puede impresionarnos tanto. Al leerla corre por la imaginación cierto escalofrío. Es como si una estrella en la noche cayera sobre nosotros y nos aplastara.
Ella nos dice al mismo tiempo-con la voz celeste, sideral del genio- que no debemos considerarnos ni suficientemente pequeños para no estimarnos, ni suficientemente grandes como para estimarnos demasiado.
Sobre todo nos dice que debemos desconfiar de nuestra ciega confianza en lo que hemos hecho, y confiar, por la inmesa cifra de posibilidades en lo que estamos haciendo.
Ante esta noción, todos los apoyos fracasan, el alma tiembla, la frente se vuelve mas humilde en su búsqueda de la verdad.
Océanos de luz, abismos de tinieblasestán más allá del cielo mas alto; océanos de luz y abismos de tinieblas hay más acá del cielo más bajo: sobre la tierra y en el corazón humano. ¡lo infinitamente grande y lo infinitamente pequeño que diria Pascal!
pero si la matemática misma fracasa en sus exposiciones; si los telescopios más poderosos llegan a escudiñar apenas una distancia no mayor de un millon de años luz y mas allá continua el espacio ¿como medir, en cifras, la infinitud del espíritu y registrar sus prodigiosas distancias?
El que tiene el infinito sobre sí - como en realidad lo está-, sabe que cuenta con infinito número de recursos, con infinito número de obstáculos, con infinito número de alientos para caer y proseguir su loca carrera a través del infinito espacio de su esperanza que le dice: ¡Más allá! ¡Más aún! donde aquello que acaba comienza...
¿Qué seria de nosotros, en un mundo limitado, de verdades limitadas y de interrogaciones tambien limitadas?sabríamos mas de la vida es cierto... pero tambien sabríamos mas de la muerte. ¿Y qué haríamos con ello? probablemente echarnos a dormir sobre la infancia, en un presente puro, en un presente ya muerto, sin tener para consuelo ese bálsamo: "Mañana!"
Quien se conforme con lo que es, no podrá ser lo que quiere ser. Y el querer ser es el ámbito en que se mueve el idealismo: ese infinito de las personas.